IEEE 802.11G
- , por Paul Waite
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IEEE 802.11g es un estándar de redes inalámbricas ampliamente utilizado que opera en la banda de frecuencia de 2,4 GHz. Se introdujo en 2003 como una mejora del estándar 802.11b, ofreciendo velocidades de datos más altas y un rendimiento mejorado. 802.11g admite velocidades de hasta 54 Mbps, lo que lo hace ideal para una amplia gama de aplicaciones, como la navegación web, el intercambio de archivos y la transmisión multimedia.
Una de las principales ventajas de 802.11g es su retrocompatibilidad con el antiguo estándar 802.11b. Esto significa que los dispositivos que utilizan cualquiera de los dos estándares pueden coexistir en la misma red, lo que facilita una transición fluida a la nueva tecnología. Esta interoperabilidad es especialmente importante en entornos donde aún se utilizan dispositivos antiguos, como hogares, oficinas y puntos de acceso públicos.
802.11g también introdujo el uso de la modulación de Multiplexación por División de Frecuencia Ortogonal (OFDM), que mejora la fiabilidad y robustez de las conexiones inalámbricas. Al dividir el flujo de datos en múltiples subflujos que se transmiten simultáneamente, OFDM reduce el impacto de las interferencias y el desvanecimiento de la señal, lo que resulta en una conexión más estable. Esto resulta especialmente beneficioso en entornos con altos niveles de interferencia de radiofrecuencia, como zonas urbanas o oficinas concurridas.
Además de sus capacidades técnicas, 802.11g ha tenido un impacto significativo en la industria de las telecomunicaciones al impulsar la adopción de tecnologías de redes inalámbricas. El aumento de la velocidad de datos y el mejor rendimiento que ofrece 802.11g han convertido a las redes inalámbricas en una alternativa viable a las redes cableadas tradicionales en numerosas aplicaciones. Esto ha propiciado la proliferación de redes LAN inalámbricas en hogares, empresas y espacios públicos, lo que permite una mayor movilidad y flexibilidad en la forma de conectarnos a internet.
De cara al futuro, la industria de las telecomunicaciones continúa evolucionando con la introducción de nuevos estándares como 802.11n, 802.11ac y 802.11ax, cada uno de los cuales ofrece mayores velocidades de datos, mejor cobertura y mayor eficiencia. Sin embargo, 802.11g sigue siendo una tecnología fundamental que ha sentado las bases para las redes inalámbricas de las que dependemos hoy. Su legado perdura en los millones de dispositivos que siguen siendo compatibles con el estándar, lo que sirve como recordatorio del poder transformador de la comunicación inalámbrica.
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